Empecé escribiendo esto de distintas formas, pero nada es tan conciso y eficiente como la verdad. Mi mamá se fue, pero antes de hacerlo se levantó temprano, hizo mercado, y dejó el almuerzo hecho. Posiblemente, no sabía que no habría de comerse esa sopa que cocinó para nosotros ese sábado, y que al final terminamos degustando mientras la salábamos con lágrimas. El punto es que al final ella fue cónsona con lo que siempre nos preguntaba a mí y a mi hermana: ¿Ya hizo la tarea? Hacer la tarea no asegura nada, pero ayuda en todo. Obviamente, puedes haber estudiado mucho para ese examen y todavía te pueden poner un problema sacado de la nebulosa donde no entiendes ni la notación. Pero hacer la tarea es la única cosa que puedes usar para maximizar lo positivo y minimizar lo negativo (en ambos casos derivas e igualas a cero).
En realidad, no sé si a la señora Imelda le hubiese gustado hacer algo distinto antes de irse. Pero la verdad es que hizo su tarea antes de partir y ya está. A veces, mientras lavo esos platos que no son míos, pienso en eso. Y como siempre, me sorprendo de lo mucho que enseñó con el poco tiempo que tuvo.
No comments:
Post a Comment