Thursday, September 20, 2007
El transporte
El autobús que manejaba el señor Hernández era el "Transporte 1". Como los otro cuatro transportes y casi que todos los transportes escolares en el mundo, era amarillo. En el transporte había una persona encargada de velar por la disciplina: uno se debía sentar derecho, no hablar, no comer, y por último estar pendiente de su propia parada. Durante mis primeros años en el transporte, la persona encargada de la disciplina fué cambiada unas cuatro o cinco veces. Pero para los últimos dos años de mi vida en primaría, la señora Carminia era la encargada de la disciplina en el autobús Titan que servía de Transporte 1. Carminia también era la persona que se encargaba de la pequeña biblioteca del colegio. De la biblioteca sólo tengo el recuerdo de un video: "Owner of a lonely heart". Una canción que "Yes" popularizó en el 83 y cuyo video tenía algunas escenas que mi entendimiento de ocho años no podía procesar. Un niño lo trajo y no recuerdo por que terminamos viéndolo. El transporte era divertido. Con él conocí rutas que más nunca visité y en el cultivé el hábito de la lectura. Al principio, durante la hora que duraba el viaje, releía las "Nociones Elementales", el libro de texto que contenía todas las materias. Pero después me aburrí y comencé a leer el diccionario. Eso causó que por primera vez alguien de mi edad me dijera seriamente: "tu lo que estás es loco". Cosa que se seguiría repitiendo con los años.
Wednesday, September 19, 2007
Rutina
Mi mamá se paraba del lado derecho de la cama, nunca le gustó dormir contra la pared. No se cambiaba. Algunas veces se colocaba otra bata sobre la que había usado para dormir, por el frío. Lo primero que hacia era pasar por el baño. Mientras orinaba se cepillaba los dientes. Iba a la cocina y montaba el café. Luego, prendía el radio. Un aparato gris, que ya yo había dañado en una ocasión en mi afán de destripar electrónicos. A esa hora no era mucho lo que se podía escuchar. Un programa de mariachis y boleros dejaba sonar canciones que sólo mi mamá se sabía. A veces me despertaba uno de los agudos gritos del cantante, aunque el volumen de la radio estaba casi que sellado en medio-bajo. A las seis de la mañana se terminaba el programa de mariachis y empezaba un micro religioso: "Decide tu el rumbo". Para entonces ya yo estaba casi que listo, uniforme, zapatos, y todo lo demás. En el programa cristiano, un cura (con una voz que yo imitaba y hacía reir a mi hermana) daba lecciones basándose en el santoral. "Hoy es el día de San Cipriano, San Cipriano le gustaban los pájaros,..., seamos como los pájaros y dejemos que San Cipriano nos guíe por el sendero de la fé". Al final del programa, el cura (que una vez mi tía Nela dijo que era un ladrón) decía por la nariz: "Decide tu el rumbo". generalmente yo escuchaba las palabras con mi taza de café con leche, la que mi mamá decía que me iba a calentar las tripas. Seguidamente el radio anunciaba el programa de noticias. Con una fanfarria los locutores anunciaban cuantas emisoras estaban encadenadas a la señal y los premios de periodismo que el programa había ganado. Un xilófono con un "tin-ton-tin" se usaba para darle mas dinamismo al noticiero y a la vez le daba a la perra la señal para que ladrara por segunda vez.
Tuesday, September 18, 2007
La perra
La mañana empezaba con el primer ladrido de la perra, cuando el señor Vallejo intentaba prender su viejo Ford Sierra en el estacionamiento de al lado. Generalmente tenía que torturar la llave en el switch unas cinco veces antes de lograr arrancar el carro azul que en los 80 causo furor. Así que cuando el motor lograba que todas las bujías causaran una explosión, el tubo de escape soltaba una humareda que parecía su último aliento y se escuchaba un BUMP que despertaba a Cuando. La perra abría uno de sus ojos y luego con un interesante juego de párpados abría el otro. Salía de la cocina. Cruzaba hacia la derecha, se paraba justo en frente del baño y ladraba una sola vez. Mi mamá, entonces abría sus dos ojos al unísono.
Subscribe to:
Comments (Atom)