Wednesday, September 19, 2007
Rutina
Mi mamá se paraba del lado derecho de la cama, nunca le gustó dormir contra la pared. No se cambiaba. Algunas veces se colocaba otra bata sobre la que había usado para dormir, por el frío. Lo primero que hacia era pasar por el baño. Mientras orinaba se cepillaba los dientes. Iba a la cocina y montaba el café. Luego, prendía el radio. Un aparato gris, que ya yo había dañado en una ocasión en mi afán de destripar electrónicos. A esa hora no era mucho lo que se podía escuchar. Un programa de mariachis y boleros dejaba sonar canciones que sólo mi mamá se sabía. A veces me despertaba uno de los agudos gritos del cantante, aunque el volumen de la radio estaba casi que sellado en medio-bajo. A las seis de la mañana se terminaba el programa de mariachis y empezaba un micro religioso: "Decide tu el rumbo". Para entonces ya yo estaba casi que listo, uniforme, zapatos, y todo lo demás. En el programa cristiano, un cura (con una voz que yo imitaba y hacía reir a mi hermana) daba lecciones basándose en el santoral. "Hoy es el día de San Cipriano, San Cipriano le gustaban los pájaros,..., seamos como los pájaros y dejemos que San Cipriano nos guíe por el sendero de la fé". Al final del programa, el cura (que una vez mi tía Nela dijo que era un ladrón) decía por la nariz: "Decide tu el rumbo". generalmente yo escuchaba las palabras con mi taza de café con leche, la que mi mamá decía que me iba a calentar las tripas. Seguidamente el radio anunciaba el programa de noticias. Con una fanfarria los locutores anunciaban cuantas emisoras estaban encadenadas a la señal y los premios de periodismo que el programa había ganado. Un xilófono con un "tin-ton-tin" se usaba para darle mas dinamismo al noticiero y a la vez le daba a la perra la señal para que ladrara por segunda vez.
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