Había una clase que se llamaba Educación de la Fé (no voy a entrar en polémicas con ese nombre, que espero lo hayan cambiado). En séptimo año la daba casualmente alguien con mi mismo nombre. En una ocasión, para una de las clases, estábamos escuchando y analizando canciones de moda. Al parecer no nos dábamos cuenta de cómo se nos manipulaba con los merengues que sonaban cada rato en la radio. Era la época de Roberto Antonio, Wilfrido, Sergio Vargas, las Chicas del Can y demás (quisiera ver haciendo algo similar con los fulanos reggaetones de ahora). La canción: Cuarto de Hotel de Bonny Cepeda. El profesor tenía un grabador donde ponía la canción a sonar por unos instantes y después hablábamos de la letra. En una de esas la canción decía: "donde ella pasó a ser de niña a mujer". Y el profesor estaba tratando de explicar que estaba errado pensar que una niña se convertía en mujer al momento de tener sexo. Como argumento preguntó: "¿Osea que en este salón sólo hay niñas?".
Como los pocos lectores de estas líneas sabrán, no solamente me gusta buscarle las cinco patas al gato (como decía mi mamá). Sino que además siento una serena satisfacción al mostrarle el gato a todo el mundo. Así que yo apunté: "Creo que eso no nos consta a ninguno aquí".
El tocayo sólo respondió: ¡Te me sales del salón!
Yo me salí en el acto, pero pensando en la observación que iba a poner en la "Carpeta" (si sentiste un friíto en la espalda al pensar en la "Carpeta" que el semanario cargaba para arriba y para abajo somos contemporáneos). Empenzé a pensar en mi estrategia para que la observación fuera anulada por el Jefe de Seccional. Pensaba en decirle que a menos que alguien hiciése una prueba a todo el mundo, en ningún momento le falté el respeto a nadie. Así estuve pensando por el resto de la hora que duró la clase, sentado en la escalera.
El salón salió de clase. Algunas de las muchachas me vieron con ojos medio feos. Mi tocayo no me dijo nada, y el semanario me mostró la carpeta. Ciertamente el profesor de "Educación de la Fé" no puso ninguna observación. Supongo que el profesor creyó que no valía la pena entrar en discusiones acerca de fé y virginidades con un chamín que ni siquiera se había desarrollado.
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