Luis Francisco, el que trabajó en la tabaquera como celador y compró hasta 4 casas con sueldo de obrero. Ese que solamente terminó primer grado y tenia la mejor letra cursiva que he visto. El que contaba que se iba al monte con una maleta llena de espejos y peines y vendía hasta la maleta para hacer dinero. Ese señor que sobrevivió dos derrames cerebrales y que no quería que le botaran nada. Mi abuelo que todo lo arreglaba con un mecate y un par de clavos y que tiraba acometidas eléctricas sin saber a ciencia cierta lo que hacia. Don Francisco, que regaba las matas todos los días a las cinco de la tarde después de tomarse el café con leche del "puntal"; justo después de la siesta. El papá de mi mamá, que tuvo que sufrir su pérdida con todos nosotros. Ese señor que se casó dos veces y tuvo 11 hijos, criando tres más. Y que cuando se tomó su último retrato pidió que le pusieran corbata, aunque tenía una chemise.
Luis Francisco, sólo recuerdo una de tus frases "mijo, si la burra lo tumba, vuélvasele a montar".
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