Thursday, December 13, 2012

Desayuno

Como ahora las mañanas son más frías, me cuesta levantarme. El Hijo también da vueltas abrazando la mejor de las almohadas, buscando como seguir dormido a pesar de que ya sonó la alarma. Me pregunta, "¿ya me tengo que parar?". El Padre le dice que no, que se va a poner a cocinar las arepas y cuando estén listas lo llama. Escucho un "uummmmhjjjjju", y cierro la puerta. La abuela del Hijo también se levantaba a hacer arepas y además ponía la radio; treinta años atrás. Entonces yo creía que a veces las arepas salían buenas y a veces malas, que mi mamá no las hacía igual y por eso quedaban así. Pero el Padre comprende que la Abuela siempre hizo el desayuno con el mismo cariño, y que si a veces no quedaban igual era por culpa de otra cosa. Ya sé que amasar y que poner unas arepas a cocinar se hace con el mismo afecto todo el tiempo, y no importa que a veces queden sin sal.


El Padre le preguntó al Hijo,"¿cómo quedaron las arepas?". Sonreí cuando levantó el pulgar de su mano izquierda con el puño cerrado, mientras masticaba sin prestarme mucha atención.

Wednesday, October 10, 2012

Lápices

Contaba mi papá que cuando el iba para la escuela no le daban mucho de merienda. La tía que lo crió carecía de recursos y a duras penas podía mandarlo descalzo a esa escuela rural. Así que mi papá tuvo que buscar formas de hacerse de su comida en la escuela. El notó que muchos niños olvidaban sus lápices y que se metían en problema por ello. Entonces, mi papá comenzó a recoger "tucos" de lápices (lápices usados que botaban otros niños). Y cuando un niño no tenía lápiz, el le deba un "tuco" a cambio de un pedazo de arepa o pan. Todo esto lo contaba mi papá mientras se detenía en la mitad de la calle conmigo, para recoger un "tuco". El decía que estaba agradecido por esos pedazos de lápices que en su momento le dieron de comer. A mi me quedó lo de recoger lápices también.

Hoy recogí uno. Iba a una clase como profesor, a enseñar en otro idioma, no iba descalzo, y tampoco me preocupaba por lo que iba a comer luego. Guardé el "tuco" en mi bolso, como un acto de agradecimiento; y sonreí pensando que mi papá (a pesar de lo loco que siempre ha estado) lo hizo bien.

Wednesday, September 26, 2012

El fín

Este era una vez el fín de un libro. La última página que no tiene nada, sólo espacio en blanco y la palabra FIN en mayúsculas. El FIN estaba aburrido. Estaba cansado que la gente lo viera y simplemente cerrara el libro. Es más, mucha gente ni siquiera llegaba a esa página. Algunos abandonaban el libro mucho antes o al mismo instante que la historia terminaba, y nunca llegaban a leer el FIN. FIN se cansó y empezó a jugar con los lectores. Trató de moverse a la segunda página para sorprender incautos. Después se movía a donde quiera había terminado de leer el que poseía el libro en aquel momento. Otras veces sólo se movía a donde le entraran las ganas. Y con toda esa movedera hizo que el libro cada vez fuera más interesante. La gente escribía críticas del libro, y nadie paracía haber leído el mismo libro. Para cada quien el libro se trataba de algo distinto. Los críticos siguieron discutiendo y estudiando el libro, hasta que llegaron a la conclusión que era el mejor libro que se había escrito. El FIN se sintió complacido. Y simplemente se quedó al final, pues ya ese era el fín.

Sunday, February 26, 2012

Caracas Tour 2012

Con eso de tener varias mamás, uno también se vuelve hermano de un poco de gente. Ahora, en Marzo se casa uno de mis hermanos y con la excusa del matrimonio voy a estar en Caracas una semana (la tercera de Marzo).
Si tienes tiempo escribe, y nos vemos por allí (se aceptan invitaciones a tomar Soleras).

Sunday, February 5, 2012

El Dinero

El dinero en la casa estaba en la mesa de noche de mi papá. Allí encima. Dentro de una bolsa de las que los bancos usaban antes para dar las monedas. En una de esas bolsas, mi papá ponía el dinero que ganaba diariamente. Sin contar lo que metía en la bolsa ni tampoco lo que ya había antes. Esos billetes y monedas eran - como debería ser todas las cosas en esta vida - simplemente de la persona que lo necesitara. Mi mamá sacaba dinero para compras. Mi hermana y yo sacábamos dinero para comprar papel lustrillo, pega, cartulina, o cualquier cosa que necesitáramos en la escuela. Y eventualmente mi papá sacaba dinero para guardar en el banco (Finalven). No había tarjetas de débito o crédito, nada de cheques (siempre me costó entender lo de un papel donde uno ponía el monto que quería y ya), sólo efectivo.
Cada día mi mamá sacaba cuatro bolívares y nos daba dos a cada uno para comprar un refresco en la merienda. Con ese dinero, nosotros ahorrábamos y comprábamos lo que queríamos. Así que mi idea acerca del dinero era más bien utilitaria. Algo que era necesario y que se debía trabajar por ello, pero no ese objeto de culto que es para algunos.
El problema es que todavía pienso así.

Saturday, January 7, 2012

La vasenilla

En el tiempo de los abuelos (al menos de los míos), los baños no se encontraban dentro de las casas. Las casas se diseñaban de tal forma que el lugar para tomar una ducha o hacer "del cuerpo", estaba en el patio; lejos de la casa. Así que durante las noches, la gente no salía a agarrar sereno (otro día explico qué es eso) para ir al baño sino que usaba su vasenilla.
La vasenilla es un artefacto que hoy en día lo usan sólo los niños que están aprendiendo a hacer sus necesidades. Se trata de una "ponchera" que varia de tamaño (dependiendo del tamaño del dueño) y que usualmente era de "peltre" (metal recubierto con una capa de pintura con una contextura de cerámica).
En mi casa, que era un apartamento y el baño estaba bastante cerca de las habitaciones, cada quien tenía su vasenilla. Era algo así como una tradición (que violaba muchas reglas higiénicas). Todas las vasenillas eran azules y de plástico (Manaplás).
Uno se paraba a medianoche, semidormido y buscaba la vasenilla para orinar. Acto que se realizaba en completa obscuridad y muchas veces sin ni siquiera abrir los ojos. La mañana siguiente la vaciaba en el inodoro y la limpiaba.
Por supuesto, que tener un artefacto para colectar desechos cerca de la cama no es muy recomendable; especialmente si el usuario es un niño.
Para no entrar en detalles, hay tradiciones que son mejores dejar en el pasado. Y sólo usarlas como ejemplo de que no todo tiempo pasado fue mejor.