Saturday, February 23, 2008

Felicidad

En noveno grado, después de leer algunos libros durante las vacaciones, me declaré ateo. Debo reconocer que al principio era más por rebeldía que por convicción. Nunca dejé de ir a ninguna misa, ni tampoco de participar en convivencias, pero poco a poco fui perdiendo eso que mi papá llamaba "el temor de Dios". Cosa que él explicaba diciendo que no le tenía "miedo" a Dios, sino "temor". De todas maneras con temor o sin el, una enseñanza de los jesuitas que siempre me ha acompañado (y que diariamente uso) fue: la verdadera felicidad consiste en hacer el bien a los demás. Creyendo en Dios o no, es cierto.

No comments: